sábado, 13 de septiembre de 2008

Una historia de engaño, odio y traición

Todos pensabamos que el seleccionador Vicente del Bosque no se dejaría amedrentar por los ya conocidos medios de comunicación, y que Diego Capel sería titular en el partido ante Armenia, sobre todo después de la brillante actuación ante Bosnia. Pero desgraciadamente, Vicente del Bosque no es Luis Aragonés, y fuera por lo que fuese Capel quedó en el partido, sin ni siquiera poder disfrutar de algún minuto.

Ocurre lo mismo siempre, existen personas que no pueden aceptar que nuestro Sevilla se haya convertido en uno de los grandes del mundo del fútbol, y que disponga en su plantilla de tan brillantes jugadores. ¿Por qué no se ha hablado del increíble partido que Capel hizo con la selección? ¿Por qué no se bombea en los medios con la noticia de que Luis Fabiano es considerado el nuevo Ronaldo en su país (reflejado en las encuestas)? ¿Por qué no se enorgullecen de que el Sevilla F.C. es el primer español que posee un coche de carreras y que quedo en la segunda vuelta el primero, con una carrera brillante de Borja?

De todos es bien sabido que si el jugador Diego Capel o Luis Fabiano, o el mismo coche de carreras de la Super League Formula, perteneciesen a otro equipo español (ya conocidos de sobra) el bombardeo de noticias, reportajes, elogios … durante no solo la semana de la noticia, sino durante los meses venideros, sería incansable, agotador, deprimente. Tenemos pruebas de ello todos los días.

No pueden aceptarlo, no lo soportan, les reconcome, no duermen pensando en ello … se pasan el día y la noche imaginando como pueden darle la vuelta a la noticia para no tener que alabar al mejor equipo del mundo y después tragarse sus palabras, desprestigiar el buen hacer de profesionales. ¿Dónde quedo el principio básico “objetividad” perteneciente al Código Etico del Periodismo? ¿De dónde procede este odio? ¿No deberían sentirse orgullosos por ser un equipo español? A veces otros equipos extranjeros parecen más españoles que los propios del país.

Siempre la misma historia … engaño, odio y traición.