Estamos ante los tres últimos asaltos de la competencia y todavía queda mucho por decidir, sobre todo para aquellos equipos que a la fecha de hoy todavía no tienen hecho los deberes.
Ahora es el momento menos idóneo para retrotraerse al pasado y lamentarse de las oportunidades perdidas o de lo que se debió de hacer y no se hizo. El pasado se fue para siempre, pero aún tenemos un futuro importante por el que luchar, y ese todavía es nuestro. Que no se nos olvide que tenemos que asegurar la UEFA, agotar las posibilidades de Champions pero, sobretodo, tenemos una final por delante que disputar ... y que no es moco de pavo ...
A pesar de todo, el sevillismo vive un ambiente derrotista y mira al horizonte pesadumbroso ... ¡¡¡ éste no es el sevillismo que todos conocemos !!! ... no se palpa por Sevilla esos dotes imperantes de ilusión, ni nuestra afición irradia y contagia esos aires triunfalistas por las calles sevillanas como sucedió en nuestras últimas finales recientes ... ¡¡¡ que no, que no, que ésta no es mi afición !!! ... el domingo vivimos la derrota del equipo de Caparrós como una catástrofe, ya parece que está todo perdido pero ... si todavía quedan nueve puntos que disputar y mucho por decidir ... Seguro que al final más de uno se llevará una sorpresa ...
Nuestro éxito este año se va a caracterizar por haber tenido la habilidad de ir fallo a fallo sin perder nunca la posibilidad de conseguir los objetivos. Cuando el futuro te espera, es porque algo bueno nos tiene reservado el devenir. No escatimemos entusiasmo ni esperanzas, que queda mucho pescado que vender todavía y el fútbol suele ser evento de sorpresas.
Hoy nuestro Sevilla FC tiene un envite a cara de perros con el Racing, dos necesitados, muy necesitados, librarán batalla casi sin margen de error en el Sardinero. Si el equipo de Nervión consigue la victoria seguirá teniendo la posibilidad de seguir luchando por clasificación Champions, pero ello debe ser un motivo para jugar con mayor intensidad y cabeza, nunca un acicate para verse atrapado por la ansiedad y las prisas. Somos mejores, la clasificación lo atestigua, así que tratemos de que el reloj corra siempre en contra de los santanderinos.
Ahora es el momento menos idóneo para retrotraerse al pasado y lamentarse de las oportunidades perdidas o de lo que se debió de hacer y no se hizo. El pasado se fue para siempre, pero aún tenemos un futuro importante por el que luchar, y ese todavía es nuestro. Que no se nos olvide que tenemos que asegurar la UEFA, agotar las posibilidades de Champions pero, sobretodo, tenemos una final por delante que disputar ... y que no es moco de pavo ...
A pesar de todo, el sevillismo vive un ambiente derrotista y mira al horizonte pesadumbroso ... ¡¡¡ éste no es el sevillismo que todos conocemos !!! ... no se palpa por Sevilla esos dotes imperantes de ilusión, ni nuestra afición irradia y contagia esos aires triunfalistas por las calles sevillanas como sucedió en nuestras últimas finales recientes ... ¡¡¡ que no, que no, que ésta no es mi afición !!! ... el domingo vivimos la derrota del equipo de Caparrós como una catástrofe, ya parece que está todo perdido pero ... si todavía quedan nueve puntos que disputar y mucho por decidir ... Seguro que al final más de uno se llevará una sorpresa ...
Nuestro éxito este año se va a caracterizar por haber tenido la habilidad de ir fallo a fallo sin perder nunca la posibilidad de conseguir los objetivos. Cuando el futuro te espera, es porque algo bueno nos tiene reservado el devenir. No escatimemos entusiasmo ni esperanzas, que queda mucho pescado que vender todavía y el fútbol suele ser evento de sorpresas.
Hoy nuestro Sevilla FC tiene un envite a cara de perros con el Racing, dos necesitados, muy necesitados, librarán batalla casi sin margen de error en el Sardinero. Si el equipo de Nervión consigue la victoria seguirá teniendo la posibilidad de seguir luchando por clasificación Champions, pero ello debe ser un motivo para jugar con mayor intensidad y cabeza, nunca un acicate para verse atrapado por la ansiedad y las prisas. Somos mejores, la clasificación lo atestigua, así que tratemos de que el reloj corra siempre en contra de los santanderinos.
