La magia que portaba en su zurda de diamantes había sido la elegida para abrir los horizontes más prósperos jamás vividos por el sevillismo ... De las botas de este crack canterano partió, como predestinado por lo divino, ese chute cruzado que sería el pasaporte para la primera final europea que iba a jugar el Sevilla desde su fundación(Eindhoven, ante el Middlesbrough) ... Luego vendrían más finales, hasta ocho en total ... ya en algunas no estaría él ... ya el destino le había encomendado ser el cordón umbilical que uniera el Tercer Anillo con nuestra gloriosa historia reciente.

Hace cinco años, un Jueves de Feria ... el fútbol mágico de Antonio fue capaz de colmar en su máxima expresión las alegrías de cualquier sevillista. Ahora desde el cielo sevillista sigue con nosotros, sin perder detalle todos los avatares de nuestro club, su club. Recordémosle brindándole el triunfo ante el Almería. Hagamos al menos el mismo esfuerzo que él hizo aquella noche mágica, y mantengamos el ahinco necesario para que no se debilite esa llama de esperanza que él nos legó. Gracias sevillista ...