jueves, 10 de abril de 2008

Solo así quiero recordarte


Qué felicidad la de aquel día, lo pienso y aún siento ganas de llorar, el nudo en la garganta, la felicidad que inundaba mi alma.

Esta noche no he podido dormir, el sueño se alejaba, solo veía a mi Sevilla, y a nuestro rival, tan querido ahora, el Shalke 04.

Es jueves de feria, pero no pienso en la feria, solo y unicamente pienso en el partido de esta noche, ese partido que puede que nos lleve al cielo, que nos habra las puertas a ser campeones, un partido esperado con ansias, con nervios. Un partido que he esperado toda mi vida, y que por fin ha llegado.

Estoy en el Sánchez Pizjuan, se oyen gritos y cánticos de apoyo y ánimos al equipo. La Bombonera estalla con una alegría desmedida, nunca ha habido tanta alegría encerrada en un campo de fútbol, tanta esperanza. Antonio Puerta marca el gol que nos abre las puertas a la cumbre, a esa gloria que se persigue, a esa final que quedará en el corazón y el recuerdo de todos.

Justamente en el minuto 100 del partido del Centenario, en el año 100 de mi club de amores, ¿casualidad? No lo creo. Antonio Puerta recibe el balón del duende de los Palacios, y con su zurda remata guiado por su corazón, guiado por los sentimientos y el amor a sus colores, y de repente... el balón entró, entró, entró... Yo sólo veo el balón dentro de la porteria, miro a mi alrededor y veo al Sánchez Pizjuán envuelto en un fulminante sueño, una afición que no se contiene. Lloro, abrazo a mi familia, a mis amigos, a mis vecinos de estadio aunque no los conozca apenas, pero que rebosan de alegría como yo. El corazón se me sale, quiere presenciar en primera persona.

Nunca me había sentido tan feliz, mi sueño se había cumplido ,iba a ver a mi Sevilla en una final y todo te lo debemos a ti Puerta, la gloria, el triunfo. Solo así quiero recordarte.

Siempre estarás entre nosotros, y cuando mire al cielo... allí te veré.