miércoles, 14 de septiembre de 2011

Paciencia y poder de convicción y todo irá de cajón

Siempre que se emprende una nueva etapa, da igual en el ámbito que sea, siempre se da un perÍodo de transición que se caracteriza por cohabitar durante un tiempo lo nuevo con lo anterior, es como una lucha de contrarios, donde a la menor debilidad en el convencimiento de que los nuevos planteamientoS nos conducirán al éxito, será oportunidad propicia para que aparezcan los vicios de antes ... Esto posiblemente fue lo que ocurrió el otro día en el Madrigal.



La afición sevillista se caracteriza porque el sentimiento no esclaviza su poder analítico. El sevillismo siempre se ha caracterizado por ser una afición de difÍcil aborregamiento. Es bastante impermeable a la formación dogmática, pero eso sí, el sentimiento sevillista es un fenómeno único, una joya psíquica insólita para el disfrute de todos aquellos que han tenido la suerte de empaparse en su desarrollo emocional, de esta forma de sentir ...

Mientras que en el sentir sevillista la homogeneidad es impepinable, la forma que tenemos los sevillistas de hacerlo visible nos hace ser diferentes ... Por consiguiente, habrÍa que buscar nexos o comodines que aglutinen la diversidad en una unidad firme y sólida ... Por ejemplo, yo pienso que por encima de los buenos razonamientos u opiniones debe de haber unos principios aglutinadores de la diversidad, como pueda ser la paciencia o el convencimiento de ... Por muy buena planificación o análisis que se haga de un proyecto, si no se tiene o no se consigue insuflar en los ejecutores la capacidad de convencimiento de que se puede ... nada vale ... nada ... Pero si no esperamos que la planta florezca siempre estaremos abortando o retrasando la Primavera.



Si estamos en una etapa incipiente en el desarrollo del proyecto, serÍa erróneo que la afición sevillista empezara a destilar inquietudes o dudas sobre este nuevo proyecto. Lo más idóneo serÍa mantener la confianza y la convicción de que este nuevo Sevilla volverá a darnos muchas alegrías, más aún, cuando sabemos que todo lleva su tiempo y que el nuevo Sevilla es un equipo en formación, elaborado muy al gusto de la mayoría de los sevillistas.

La paciencia y la confianza que la afición sevillista dispense al equipo de Marcelino va a ser fundamental para la consecución de las pretensiones sevillistas. Lo ideal sería que la propia grada se convierta en el líder ideal que transfiera al césped ese poder de convencimiento que necesita el equipo para ambicionar el triunfo. Seguramente en el partido de Villarreal faltó ese líder, ésto no sucederá en la Bombonera ante la Real ...