Quisiera hacer una reflexión sobre nuestra conducta como aficionados sevillistas, sin desmerecer que somos una de las mejores aficiones del mundo, y siempre desde la base que son simples reflexiones sin ninguna base científica, pero si ello puede ayudar en algo, pues que no se quede en el tintero.
Creo que tiene mucha razón aquel que dijo que "el fútbol es un estado de ánimo". Por tanto, la mejor conducta de nuestra afición podría ser aquella que apoye anímicamente al equipo durante todo el transcurso del partido, al margen de las posibles incidencias que se vayan dando en el transcurso del evento.
A veces, cuando las cosas no salen como estaban previstas empezamos a gritarle o silbarles a ciertos jugadores o al equipo en general de forma considerar. Pero ¿qué pretendemos con este tipo de conductas? porque si ello es para subir el ánimo de los jugadores es mejor la otra actitud de aplausos y cánticos, y si es para demostrar nuestra disconformidad ante el panorama que estamos presenciando, ¿qué se consigue con ello? es que acaso los jugadores, el entrenador, al igual que la grada no son conscientes de que las cosas no están saliendo como se pretende. Seguro que los jugadores son los primeros que desean que la situación cambie.
Hay que tener en cuenta que cuando los jugadores perciben de la grada, gestos de cariño y de apoyo y ánimo, se les está transmitiendo confianza y mayor compromiso al jugador, por tanto, ello sube aumenta la esperanza de que la situación pueda cambiar para mejor ya que favorece que aflore el talento o la calidad del jugador, porque disminuyen los niveles de estrés y ansiedad en éste.
Sin embargo, cuando los jugadores reciben de la grada protestas y rechazo de la afición, estos pueden verse afectados por el aumento de la ansiedad y ello contribuye a que el jugador para defenderse de tal situación de miedo a fallar no afronte el juego con la confianza necesaria y pueda metafóricamente irse del partido, o como se dice vulgarmente "le quema el balón en los pies".
La conducta de la afición que se puede considerar más eficaz e inteligente sería la de transmitir apoyo y ánimo al equipo durante todo el partido, e ignorar al equipo contrario salvo cuando increpar algunas de las acciones del contrario puedan ayudar a influir en la decisión arbitral hacia nuestro favor.
El miedo escénico se produce más eficazmente con 40.000 sevillistas animando al equipo de forma descomunal que silbando al equipo contrario, y sobre todo nunca gritar de forma desconsiderada a nuestro equipo, porque entonces no sólo actuamos a favor del equipo contrario, sino que con ello creamos mayores niveles de estrés y ansiedad en nuestros jugadores, y se sienten poco valorados, disminuyendo la confianza y el compromiso del jugador y no digamos de la rentabilidad en el juego de éste que puede empeorar de forma relevante, y así generamos un círculo vicioso y peligroso para los intereses sevillistas.
Es importante que se me entienda, no me gustaría que nadie confundiera esta propuesta de conducta sevillista con una actitud conformista, sino todo lo contrario. Es una observación muy particular y posiblemente equivocada, pero eso sí, con el único objetivo de dar ideas que puedan ayudar a que nuestro club nos siga dando alegrías. Ya llegará el momento oportuno para que el sevillismo se pueda manifestar, todavía queda mucho curso por delante.
Pero eso sí, cuando el sevillismo tenga que propulsarse hacia el futuro, ha de hacerse más con propuestas que con protestas, al fin y al cabo las propuestas suelen ser en su mayoría en positivo. Ha y que implementar el lema "menos protestas y más propuestas", porque la protesta es una manifestación de disconformidad a lo establecido, pero vacía de contenido, mientras que la propuesta es una forma de
protesta en positivo, una protesta llena de contenido.Creo que tiene mucha razón aquel que dijo que "el fútbol es un estado de ánimo". Por tanto, la mejor conducta de nuestra afición podría ser aquella que apoye anímicamente al equipo durante todo el transcurso del partido, al margen de las posibles incidencias que se vayan dando en el transcurso del evento.
A veces, cuando las cosas no salen como estaban previstas empezamos a gritarle o silbarles a ciertos jugadores o al equipo en general de forma considerar. Pero ¿qué pretendemos con este tipo de conductas? porque si ello es para subir el ánimo de los jugadores es mejor la otra actitud de aplausos y cánticos, y si es para demostrar nuestra disconformidad ante el panorama que estamos presenciando, ¿qué se consigue con ello? es que acaso los jugadores, el entrenador, al igual que la grada no son conscientes de que las cosas no están saliendo como se pretende. Seguro que los jugadores son los primeros que desean que la situación cambie.
Hay que tener en cuenta que cuando los jugadores perciben de la grada, gestos de cariño y de apoyo y ánimo, se les está transmitiendo confianza y mayor compromiso al jugador, por tanto, ello sube aumenta la esperanza de que la situación pueda cambiar para mejor ya que favorece que aflore el talento o la calidad del jugador, porque disminuyen los niveles de estrés y ansiedad en éste.
Sin embargo, cuando los jugadores reciben de la grada protestas y rechazo de la afición, estos pueden verse afectados por el aumento de la ansiedad y ello contribuye a que el jugador para defenderse de tal situación de miedo a fallar no afronte el juego con la confianza necesaria y pueda metafóricamente irse del partido, o como se dice vulgarmente "le quema el balón en los pies".
La conducta de la afición que se puede considerar más eficaz e inteligente sería la de transmitir apoyo y ánimo al equipo durante todo el partido, e ignorar al equipo contrario salvo cuando increpar algunas de las acciones del contrario puedan ayudar a influir en la decisión arbitral hacia nuestro favor.
El miedo escénico se produce más eficazmente con 40.000 sevillistas animando al equipo de forma descomunal que silbando al equipo contrario, y sobre todo nunca gritar de forma desconsiderada a nuestro equipo, porque entonces no sólo actuamos a favor del equipo contrario, sino que con ello creamos mayores niveles de estrés y ansiedad en nuestros jugadores, y se sienten poco valorados, disminuyendo la confianza y el compromiso del jugador y no digamos de la rentabilidad en el juego de éste que puede empeorar de forma relevante, y así generamos un círculo vicioso y peligroso para los intereses sevillistas.
Es importante que se me entienda, no me gustaría que nadie confundiera esta propuesta de conducta sevillista con una actitud conformista, sino todo lo contrario. Es una observación muy particular y posiblemente equivocada, pero eso sí, con el único objetivo de dar ideas que puedan ayudar a que nuestro club nos siga dando alegrías. Ya llegará el momento oportuno para que el sevillismo se pueda manifestar, todavía queda mucho curso por delante.
Pero eso sí, cuando el sevillismo tenga que propulsarse hacia el futuro, ha de hacerse más con propuestas que con protestas, al fin y al cabo las propuestas suelen ser en su mayoría en positivo. Ha y que implementar el lema "menos protestas y más propuestas", porque la protesta es una manifestación de disconformidad a lo establecido, pero vacía de contenido, mientras que la propuesta es una forma de
1 comentario:
Más animar y menos pitar!!!!, yo soy de los que cree que los pitos son válidos siempre y cuando sean al final del aprtido, pero mientras esté corriendo el balón sólo debe oirse el grito de ánimo.
Un saludo!
Publicar un comentario